Karl María Wiligut nace en Viena en 1866. Tanto su padre como su abuelo han sido militares, y a los catorce años el joven Karl continúa la tradición ingresando en la Academia Imperial de Cadetes de Breitensee, en Viena. A los dieciocho años es asignado al 99 Regimiento Austriaco acantonado en Mostar, Herzegovina. Mientras va ascendiendo grados en el ejército, Wiligut muestra ciertas inquietudes literarias, y en 1903 publica Seyfrieds Runen, una colección de poemas. La Gran Guerra lo sorprende, con el grado de comandante, en los Cárpatos, y allí entra en combate contra el ejército ruso. A lo largo de la contienda acumula condecoraciones, y en 1917 alcanza el grado de coronel. En 1919 se retira del ejército.
Hasta aquí su carrera militar, y es difícil determinar en que momento se inclina por el ocultismo. El caso es que al finalizar la guerra Wiligut es conocido y respetado en los círculos ariosofistas de Lanz von Liebenfels, y en 1920 un adepto de la Orden de los Nuevos Templarios se pone en contacto con él. Al igual que Guido von List, Wiligut afirma tener la facultad de contemplar el pasado, lo que le permite un acceso privilegiado a la historia ancestral de los germanos.
Pero la clarividencia de Wiligut es de más largo alcance que la de List. Llega hasta el año 228.000 a.C., momento en que la Tierra estaba iluminada por tres soles, y habitada por gigantes, enanos, y germanos poseedores de sabiduría sobrenatural. Era un mundo turbulento, pero en el 78.000 a.C. el clan de los Wiligotis, engendrado por la unión de los dioses del aire y el agua (y del que Wiligut es el último heredero), restableció la paz. La religión dominante de los germanos era el Irminismo (1), pero entonces surgió la religión cismática del Wotanismo. En 9.600 a.C. hubo una guerra entre los adeptos de ambas religiones que acabó con la crucifixión de Baldur-Chrestos, máximo profeta del Irminismo. En 1.200 a.C. los wotanistas destruyeron la ciudad sagrada de Goslar. Los irministas se retiraron a las Externsteine, que se convirtieron en su nuevo centro de culto, y el Wotanismo se mantuvo como religión dominante de los germanos. Ya en nuestra era, uno de los más famosos miembros de los Wiligotis fue Armin (o Arminio, o Hermann), que en el año 9 derrotó a las legiones de Augusto en el bosque de Teutoburgo (2). En el 800 Carlomagno venció a los sajones e impuso por la fuerza el cristianismo. Los Wiligotis, que continuaban fieles al Irminismo, emigraron a las Islas Feroe y después a Rusia, donde fundaron la ciudad de Vilna.
Al comenzar la segunda década del siglo XX, Wiligut comienza a sospechar que está siendo víctima de una conspiración, debida, sin duda, a su condición de último bastión del Irminismo. Sitúa el foco de la intriga en una improbable coalición de la iglesia católica, la francmasonería, y los judíos, a la que, de paso, culpa de la derrota bélica y caída del imperio de los Habsburgo. Para dar a conocer estos descubrimientos funda en Salzburgo “La escoba de hierro”, una liga antisemita. Mientras tanto, un antiguo camarada de armas lo embarca en un turbio negocio con desastrosos resultados financieros, lo que le provoca conflictos conyugales. La tensión es excesiva para Wiligut, que en noviembre de 1924 es ingresado, contra su voluntad, en el sanatorio mental de Salzburgo, lo que interpreta como una maquinación más de la conspiración judía. Se le diagnostica esquizofrenia agravada por megalomanía y delirios paranoicos, y permanece recluido durante tres años.
Sus seguidores no se desaniman por este percance, y continúan manteniendo correspondencia regular con él. Entre ellos se encuentra Werner von Bülow (3), que posteriormente se convertirá en Gran Maestre de la Sociedad Edda. Esta sociedad ha sido fundada en 1925 por Rudolf Gorsleben, un miembro de la Sociedad Thule salvado por escaso margen de ser asesinado por los comunistas en Munich. Gorsleben, como el propio Wiligut, está convencido de que las runas encierran un conocimiento oculto, y que descifrarlas permitirá acceder a él. En realidad la importancia cósmica de las runas es tal, según Gorsleben, que los distintos sistemas de cristalización de los minerales no son sino proyecciones geométricas de las distintas runas.
Gracias al apoyo de sus seguidores, al salir del sanatorio Wiligut puede continuar ejerciendo de oráculo del pasado germano. En 1932 abandona Salzburgo, Austria, y a su mujer, y emigra a Alemania. Es acogido en casa de Käthe Schaefer-Gerdau, mujer del tesorero de la Sociedad Edda, que organiza un círculo llamado “Los Hijos Libres del Norte y los Mares Bálticos” para que Wiligut los instruya. En 1933 un antiguo amigo presenta a Wiligut al SS Reichsführer Heinrich Himmler, que queda tan impresionado por la clarividencia ancestral de Wiligut que decide disfrutarla en exclusiva. En septiembre, Wiligut ingresa en las SS con el seudónimo de Weisthor. Es nombrado Jefe del Departamento de prehistoria e historia antigua de la Oficina Central de Raza y Asentamiento de las SS, con sede en Munich. Sus obligaciones no resultan agobiantes: estar a disposición permanente del Reichsführer para detallarle sus visiones. La correspondencia que mantienen Himmler y Weisthor a lo largo de 1934 demuestra que éste ha ganado completamente la confianza de su jefe. En ella pueden encontrarse, desde felicitaciones navideñas, hasta asuntos más serios como runología, cosmología en épocas prehistóricas, y poesía mitológica. En abril Weisthor es nombrado SS Standartenführer, grado equivalente a coronel. En septiembre es nombrado Jefe de la Sección VII (Archivos) de la Oficina Central de Raza y Asentamiento, y un mes más tarde es ascendido a SS Oberführer (4).
En 1935, en un intento de convertir en ciencia sus creencias, Himmler crea la”Deutsches Ahnenerbe—Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte” (“Herencia Ancestral Alemana – Compañía para el estudio de la historia primigenia del espíritu”). En esos momentos Weisthor ha entablado una prometedora correspondencia con Günther Kirchhof, que ha descubierto la existencia de líneas de energía positiva y negativa que cruzan los continentes. En la primavera de 1936 ambos emprenden una expedición a la Selva Negra, y deciden haber descubierto un importante centro irminista en las cercanías del castillo Eberstein. Tras redactar un exhaustivo informe de 87 folios, lo envían a la Ahnenerbe. A partir de ese momento, confiando en el patronazgo de Weisthor, Kirchhof abruma a este departamento con sus hallazgos. Pero, a pesar de la mente excepcionalmente abierta de sus investigadores, la Ahnenerbe acaba cansándose de él.
Mientras tanto Weisthor ha conseguido convertir en un lugar de culto las Externsteine, y funcionarios de la Ahnenerbe se encargan de realizar visitas guiadas a miembros de las SS. El propio Himmler planea crear el cargo honorífico de guardián de las Externsteine, destinado a miembros relevantes de las SS que, con carácter previo a sus ascensos, vivirán allí durante un año impregnándose telúricamente de sus virtudes.
Ese mismo año Weisthor convence a Himmler para que convierta el castillo de Wewelsburg en centro espiritual de las SS. Su elección se basa en una leyenda que habla de la ‘batalla del abedul’, confrontación decisiva que tendrá lugar entre oriente y occidente en un futuro no determinado, que Himmler sitúa a 200 años vista. Los planes de Himmler para Wewelsburg son grandiosos, aunque prevé que finalicen hacia 1960 y, en todo caso, antes de la ‘batalla del abedul’. El castillo es decorado conforme a la mitología nórdica propuesta por Weisthor. A las habitaciones le son asignados nombres de héroes de la antigüedad, como el rey Arturo o Enrique I el Pajarero, de quien Himmler sospecha que es la actual reencarnación.
La confianza de Himmler en Weisthor no deja de crecer, y en la primavera de 1935 hace que se traslade a Berlín e ingrese en su oficina personal de asesores, la Hauptamt Persönlicher Stab Reichsführer-SS. A partir de este momento Weisthor se encuentra más ajetreado que nunca. Un coche oficial lo recoge todas las mañanas en su villa, en la exclusiva zona de Grunewald, para que pueda atender una agenda saturada de reuniones, despacho de correspondencia y viajes. Entretanto continúa supervisando el diseño del castillo de Wewelsburg, y aún le queda tiempo para elaborar un sistema de mantras para estimular la memoria ancestral, y para diseñar el Anillo de Honor de las SS, el Totenkopfring. El diseño muestra una calavera, símbolo de la permanente disposición a morir por lo ario, y cuatro grupos de runas, y en el futuro hará las delicias de los amantes del heavy-metal. Está previsto que sea entregado a aquéllos miembros del cuerpo que demuestren excepcional valor y disciplina, pero, una vez desencadenada la guerra, la práctica totalidad de los mandos de las SS tendrá uno. En 1938 Himmler ordenará que los Totenkopfring sean devueltos a Wewelsburg cuando su portador muera, y que sean enterrados en la cripta diseñada a tal fin. Allí el espíritu del portador vivirá para siempre en la comunidad.
En septiembre de 1936 Weisthor es ascendido a SS Brigadeführer, pero sus facultades mentales vuelven a decaer rápidamente. Contribuyen decisivamente a ello el estar sometido a medicación constante, y una creciente adicción al alcohol. En 1938 Karl Wolff, jefe de la Hauptamt Persönlicher Stab y superior directo de Weisthor, acude a Salzburgo y accede al historial psiquiátrico de su subordinado. Himmler recibe consternado la embarazosa revelación. En febrero de 1939 se anuncia a la oficina personal que Weisthor se ha retirado por motivos de salud. A pesar de todo, Himmler pide que le entreguen su daga personal y su Totenkopfring, que guardará con veneración entre sus efectos personales.
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(1) La semejanza entre el Irminismo de Wiligut y el Armanismo de Guido von List es tan tal que, si descartamos la posibilidad de clarividencia compartida, parece obvio que el primero leyó, con gran aprovechamiento, las obras del segundo.
(2) Armin se quedó además con los estandartes de las legiones, en las que se creía que residía la virtud del ejército y el espíritu de los soldados muertos en combate. Se dice que Augusto vagaba desconsolado por su palacio clamando “Varo, Varo, ¿dónde están mis águilas?”. Las águilas eran las que coronaban los estandartes. Varo, el nombre del general derrotado.
(3) La aportación más famosa de von Bülow al ariosofismo es el reloj de runas (a continuación)
(4) En las SS Oberführer era un grado intermedio entre Standartenführer (coronel) y Brigadeführer (general de brigada). Esta aclaración es por gentileza de D. EULOGIO.
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Imágenes:
1.- Karl María Wiligut.
2.- Monumento a Armin en el bosque de Teutoburgo.
3.- Las Externsteine.
4.- El SS Reichsführer Heinrich Himmler.
5.- Miembros de las SS atendiendo una clase sobre runas.
6.- El castillo de Wewelsburg, cuya planta triangular fascinó a Himler y Wiligut.
7.- Torre norte de Wewelsburg, con el famoso “sol negro”, creado a partir de doce runas “sig”.
8.- El Totenkopfring.
Comentarios
Un cordial saludo
Nos tiene usted en ascuas.
Buena coña, Navarth.
Estoy intrigado con la opinión de Hitler acerca de todo esto. He leído que se reía de las tonterías de Himmler, pero puede que dijera cosas distintas en público y en privado.
Seguro que Vd. nos ilustra al respecto.
Un abrazo y gracias.
No creo que Hitler participara, en mi opinión, de toda esta clase de creencias de Himmler; en cualquier caso, le dejaba hacer. Las SS eran, mucho más que las Totenköpfverbanden o las Waffen-SS, por señalar dos extremos: los vigilantes de los campos de concentración y exterminio y las unidades militares. Había todo un imperio, si se me permite la expresión, en estas, en principio, escuadras de protección.
Gracias por traernos esta serie. Muchas gracias. Espero, impaciente, para leer el final.
Admirable lo bien que describe el esfuerzo titánico de aquella gente por emanciparse de la razón.
Vamos, que Himmler enterándose del historial psiquiátrico de Wiligut/Weisthor... ¡en 1939!, cuando le conocía y trataba desde el 33. Cada oveja con su pareja.
recupero por fin su interesantísima serie y compruebo que la calidad es excelente.
Coincido con D.nonpossomus en lo de "deciden haber descubierto". Tiene mucha enjundia la frase.
Por último, todo este conjunto de sociedades místicas tienen un regusto a sociedades defensoras de la Lengua (así, con mayúsculas) que no sé yo...
Saludos
Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo. Mercé Sala Rosé.
Si se anima a leer en inglés, resulta imprescindible empezar por este:
The occult roots of nazism. Nicholas Goodrick Clarke
Un saludo.