La noticia ha provocado un silencio atronador en ciertos medios, comentaristas, políticos e incluso en la iglesia irenista incrustada en el Ministerio. Pero ¿no se suponía que había llegado para defender a las mujeres, eternamente oprimidas por el heteropatriarcado? ¿Qué pasa con esa pobre chica? Pues esa es la cuestión, que no ha sido el heteropatriarcado. Se trata de Mónica Oltra, uno de los nuestros, goodfellas –godfellas sería más apropiado, tratándose de estos temas religiosos -. Pueden verla tan feliz en la presentación de esa plataforma que pretendía «ensanchar la democracia» y ofrecer «un proyecto de país» distinto de España. Ahí estaba, con la Ministra de Trabajo, Mónica García, una señora con velo y Ada Colau que, vaya por Dios, también está imputada. La democracia, por lo visto, se puede ensanchar en muchas direcciones.
No voy a hacer el comentario obvio. Bueno, sí: imagínense que, en vez de Oltra, la protagonista de la imputación fuera Ayuso. Habría demostraciones, monográficos televisivos, tertulianos desgañitándose, politólogos, manifestaciones, anatemas y rasgado de vestiduras. Ahora en cambio, tranquilidad absoluta. This is fine.
Ayer una periodista ponía cara de incredulidad y asco cuando Toni Cantó –derecha- manifestaba su superioridad moral sobre alguien de Bildu –progresismo homologado por los desplazamientos sanchistas de la ventana de Overton-, y en este gesto está todo. Sin duda es una cuestión moral, pero el juicio moral no es determinado por los hechos –simpatizar con el asesinato está mal- sino por la cualidad de los participantes, y Cantó es de derechas. No es el “qué”, sino el “quién”, y esto es malo para todos: para el tratado injustamente, claro, pero también para el inquisidor, que acaba inevitablemente envilecido. En todo caso la cuestión, como decía Humpty Dumpty es saber quién manda: quién puede trazar la línea entre el Nosotros moral y el Ellos perseguible. Eso es la hegemonía, o el plano inclinado, o como lo llamen, y actualmente ya saben a quién favorece.
Comentarios
Muy acertado, llevas unas cuantas entradas de dulca