Todo lo que va saliendo a la luz de Unión Mallorquina va revelando la telaraña que el partido tejió mediante un empleo creativo de los fondos públicos. Por ejemplo, una red de voluntarios reclutados entre personas de cierta edad. Estos voluntarios eran investidos con el título de ‘angelots’ (angelotes), recibían un carnet con su foto y la imagen de un ángel derramando sus bondades, y eran enviados para que pregonaran las ventajas del Credo Uemita entre sus vecinos y allegados. Estas ventajas eran evidentes, al menos para los angelots, que inmediatamente eran contratados por alguna empresa que les proporcionaba un sueldo mensual sin tener que pasar por el desagradable trámite de ir a trabajar. ¿Y qué ganaban estas empresas? Pues todo parece indicar que obtenían sustanciosos contratos de las licitaciones dependientes de Unión Mallorquina, con lo que el círculo quedaba cerrado y todos contentos.
Hoy les traigo los hábitos sexuales del combatiente ( Calidris pugnax ), un pájaro originario de Finlandia que luce un vistoso plumaje superior que recuerda un poco a Mildred Roper con una estola de visión. Este plumaje –ya lo habrán sospechado a estas alturas- cumple una función similar a la cola del pavo real: atraer a las hembras. Y los que desarrollan un plumaje más vistoso, que son los de mayor estatus, más agresivos y con más altos niveles de testosterona, parecen atraerlas más. Exactamente igual que en los humanos. Puesto que el plumaje se transmite genéticamente, también habrán sospechado que está correlacionado con alguna ventaja genética: la hembra que se encapricha del combatiente emplumado está, inconscientemente, escogiendo buenos genes. Pero lo curioso es que, dentro de su competición intrasexual por las hembras, los combatientes machos han desarrollado tres estrategias de apareamiento que se corresponden con tres tipos de plumaje. El biólogo David Lank explica que la m...
Comentarios