Hoy, para empezar el lunes, Almudena Grandes nos describe orgullosamente una imagen escalofriante de sí misma, con cresta, botas militares y falda de tul. Esta imagen no es más que una introducción que le permite evocar con nostalgia la Movida madrileña, que, según ella, cuando alcanzó el poder municipal la derecha se metamorfoseó en procesiones de Semana Santa. Tal cual. Pero esto, a su vez, no es más que otra introducción que le permite conectar con su revolucionaria tesis de fondo: la nueva delincuencia organizada de la noche de Madrid es de derechas, porque va bien vestida. Y es que Almudena es así: observa implacable la realidad y saca sus cuentas. Y ella sabe que dos y dos son cuatro, y cuatro entre dos, quince millones.
« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr
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